Barbara Hannay

Barbara Hannay empezó a contar historias antes de saber escribir, "produciendo" películas para sus hermanas pequeñas. Se dedicaba a hacer dibujos en enormes cartulinas que pasaba a través de una caja, como si fuera una cámara de cine. Más tarde, se dedicó a escribir y dibujar cómics por detrás de los planos descartados de su padre, que era arquitecto. De adolescente se dedicaba a escribir poesía e historias cortas.
Una vez convertida en esposa y madre, escribió cuentos para niños, pero nunca pensó seriamente en una carrera literaria. De hecho, uno de sus hijos publicó antes que ella una obra de teatro... a los dieciocho años.
Barbara animó siempre a sus cuatro hijos para que llevaran a cabo sus sueños artísticos y los ha visto triunfar dentro y fuera del país. Sus hijas también son artistas profesionales en Australia, una es violinista y la otra, bailarina.


Solo después de que sus hijos hubieran cumplido sus sueños, Barbara empezó a tomarse en serio lo de escribir. Era profesora de literatura en un instituto cuando descubrió la novela romántica y desde entonces está enganchada, primero como lectora y después como autora.
Barbara es licenciada en Bellas Artes por la universidad de Queensland y estaba a punto de terminar un Máster en Educación cuando decidió que intentar publicar una novela romántica era un reto mucho más interesante.
Le encanta escribir sobre el modo de vida y el paisaje australiano y saca sus ideas de las vacaciones con su familia, haciendo camping o montando en canoa. Su marido, Elliott, ha sido periodista y es su gran apoyo y su admirador número uno. Barbara dice que, sin él, jamás habría tenido éxito.
En este momento, vive en la isla de Magnetic, en el arrecife australiano, un lugar mágico que, según Barbara, es uno de los lugares más hermosos y salvajes del mundo que, sin embargo, está a solo veinte minutos de la ruidosa ciudad de Townsville.